Mejor mira esto es una serie de textos quincenales dedicados a recomendar películas fuera de las tendencias y los algoritmos. Esta semana, traemos una propuesta de cine afgano: The Orphanage.
Está demás decir que el acontecimiento que sacudió al mundo en las últimas semanas fue el regreso del Talibán al poder en Afganistán, luego de la salida de los Estados Unidos.
No nos clavemos en cuestiones de historia y geopolítica relacionadas al tema que no necesariamente entendemos en su totalidad. Sin embargo, en lo que concierne al cine, sí hay que decir que llamar a Rambo IIIun “documento histórico” que ayuda a explicar el origen del Talibán es una imprudencia de proporciones titánicas, por ponerlo amablemente.
Lo que la ocurrencia sí deja ver, es el peso del cine hollywoodense en nuestra visión del mundo. Considerando eso, y que la cinematografía afgana a duras penas ha sobrevivido a décadas de inestabilidad política y a un cercano roce con la extinción a manos del Talibán (evitada por esfuerzos individuales extraordinarios, como este), quizá valdría la pena abrirnos un poco a la visión de quienes sí conocen Afganistán: los afganos mismos.
La recomendación de hoy es una película de la cineasta Shahrbanoo Sadat, quien afortunadamente consiguió salir de Afganistán con rumbo a Europa después de varios intentos.
The Orphanage: ¿de qué va?
En 1989, el joven Qodrat vive en las calles de Kabul, ocupada entonces por la Unión Soviética. Ama ver películas de Bollywood, y sobrevive revendiendo boletos para el cine en la calle. Eso hasta que es descubierto y enviado a un orfanato soviético, donde aprende ruso en la escuela, hace amigos y se enamora.
Hay que decir que, en realidad, la trama de The Orphanage tampoco se vuelve mucho más compleja que este esbozo. Lo anterior es apenas el detonante para una serie de anécdotas cotidianas, muchas de ellas inconexas, que Qodrat y sus amigos viven al interior del orfanato, aunque están intercaladas con geniales segmentos surrealistas que imitan las películas indias que tanto le gustan al protagonista.
Sin embargo, esa cotidianidad –con ocasionales dosis de humor– deja ver lo que era la vida para un chico afgano de la época: yendo como hoja en el viento del desamparo de las calles al cobijo de una institución y luego de regreso, a merced de las grandes potencias que decidirán su destino (sobra decir en qué acabó la ocupación soviética en su momento).
En ese sentido, Qodrat nos representa a todos los ciudadanos de a pie y nuestra relación con el cine: bajas en las victorias y derrotas en el juego de los poderosos, soñando con que solucionar nuestros problemas fuera tan fácil como golpear a los malos. Como en las películas.
The Orphanage está disponible para ver en MUBI. Si quieres saber más sobre Medio Oriente y el terrorismo desde el cine, entra aquí.
Este no es el droide que estás buscando. Editor de Filmelier.com y crítico de cine publicado por Empire, Revista Encuadres y el Festival de Cine de Los Cabos, entre otros.
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