Mejor mira esto: 'Yes, God, Yes' | moderbord

Mejor mira esto: 'Yes, God, Yes'

Mejor mira esto es una serie de textos quincenales dedicados a recomendar películas fuera de las tendencias y los algoritmos. Hoy, para subirnos al tren de Stranger Things, hablamos de Yes, God, Yes, protagonizada por Natalia Dyer.

Con la llegada de junio, el trancazo de Top Gun: Maverick en taquilla y el estreno de Jurassic World: Dominio, el verano cinematográfico queda oficialmente inaugurado, lo que sólo significa una cosa: como ya mencionamos en la edición anterior de esta serie, es una lucha de grandes franquicias peleándose por nuestra atención tanto en la pequeña como la gran pantalla (aunque por el último episodio de la saga jurásica no sentí mucho aprecio, para ser sinceros).

Una de esas grandes franquicias es Stranger Things, que la está rompiendo con su cuarta y penúltima temporada (poniendo presión a Netflix para conseguir la nueva gallina de los huevos de oro que los mantenga a flote, después de su reciente descalabro).

En otras palabras: ya va siendo hora de despedirnos de estos niños –que ya para nada son niños–, al menos en los papeles que los conocimos. Lo cual es el pretexto perfecto para dar un vistazo a lo que han hecho desde entonces.

Millie Bobby Brown es, por mucho, la más exitosa del grupo, con la saga de Enola Holmes y dos (apestosísimas) películas de Godzilla. Finn Wolfhard ha hecho sus pininos con el remake de Eso y Ghostbusters: El legado. Caleb McLaughlin ya se codeó con Idris Elba en Cowboys de Filadelfia, Noah Schnapp compartió escena con Anjelica Huston, y a Gaten Matarazzo le va mejor en el teatro.

En el cine, sin embargo, sostengo que es Natalia Dyer (Nancy Wheeler en la serie) quien acumula el cuerpo de trabajo más prometedor. Su mejor película, a la fecha, es la comedia coming-of-age Yes, God, Yes, de la que hablaremos a continuación.

Yes, God, Yes: ¿de qué va?

Incluso quienes no asistimos a una, sabemos cómo son las cosas en las escuelas católicas: la ideología es conservadora, las faldas de las chicas no pueden ir ni un milímetro por encima de lo estipulado respecto a la rodilla y, como lo explica tan elocuentemente el entrenador Carr en Chicas pesadas: “¡no tengan sexo, porque quedarán embarazadas y morirán!”.

O, como le explican a Alice (Dyer) en clase, le espera un destino mucho peor: una “segunda muerte” en la forma de la condenación eterna al infierno. El sexo antes del matrimonio, e incluso la masturbación, son cosa de los pecadores.

Como cuando te dicen que el sexo hace enojar a Diosito (Crédito: Synapse)

Lógicamente, cuando un inocente chat en AOL (la película se sitúa a finales de los 90) da un giro inesperado y Alice comienza a descubrir su sexualidad, ella entra en conflicto consigo misma. La cosa empeora cuando, inexplicablemente, comienza a correr un rumor de que cometió un acto sexual con un compañero, cuyo eufemismo ella ni siquiera entiende.

Entonces, motivada por la culpa y la presión social de ser “buena”, decide asistir al retiro religioso Kirkos (una parodia de los retiros Kairos), donde es instada a vivir sin reloj, sin celular, y a sanar su relación con Jesús. Cuando opta por ocultar su celular y es descubierta, una serie de situaciones al llevan a descubrir las contradicciones e hipocresía de quienes juzgan su sexualidad.

La fórmula de las comedias coming-of-age es bien conocida: el protagonista, un o una joven con la que es fácil relacionarnos, debe lidiar con dar el paso a la adultez. Hay un conflicto (usualmente con sus padres o amigos), el protagonista aprende algo y se convierte en una mejor persona al final. Las más exitosas en el imaginario colectivo, como Súper cool, son protagonizadas por hombres en su mayoría, y se enfocan en la sexualidad de estos.

Yes, God, Yes (parcialmente basada en las experiencias de su directora, Karen Maine) es subversiva ya de entrada, pues aborda la represión sexual femenina en un entorno religioso, a mano de los hombres pero también de las propias mujeres. Digamos que el aprendizaje de la protaginista aquí no tiene tanto que ver con sus fallas como persona, sino con su forma relacionarse con sí misma y con lo que la iglesia llama “tentaciones”, que no son otra cosa que impulsos humanos que todos tenemos.

Se trata, pues, de una representación más que positiva del despertar sexual femenino en una sociedad que constantemente busca reprimirlo. Y, para quienes gusten reírse un rato con las alucinantes contradicciones del dogmatismo religioso, será una buena sorpresa.

Yes, God, Yes está disponible para compra o renta en Apple TV, Cinépolis Klic, Google Play y más plataformas. Checa todos los enlaces directos para verla aquí.

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Autor
Este no es el droide que estás buscando. Editor de Filmelier.com y crítico de cine publicado por Empire, Revista Encuadres y el Festival de Cine de Los Cabos, entre otros.